sábado, 15 de mayo de 2010

las féculas tomaron el control



La preferencia de América latina por productos cárnicos más tiernos y suculentos ha convertido al almidón en uno de los ingredientes favoritos a la hora de elaborar carnes emulsionadas. Este auge se debe a las características propias de esta sustancia; la cual, en emulsiones cárnicas, logra ligar la grasa y mantener su dispersión en la mezcla, consiguiendo mantener la viscosidad total, sin desprender ningún sabor u olor desagradable, entre otras de sus múltiples propiedades.








Los almidones nativos son derivados de diversas fuentes botánicas como la papa, el maíz, el trigo y la mandioca; utilizados desde hace mucho tiempo en la elaboración de productos cárnicos, debido a la capacidad del almidón como ligante de agua.

Grandes cantidades de almidones se utilizan como absorbentes y agentes ligantes de agua, en salchichas y otros productos cárnicos procesados, por ser capaces de retener la humedad durante todo el procesamiento y almacenamiento de los productos, logrando estabilizar la emulsión de humedad, grasa y proteínas.

¿Qué es el almidón?

El almidón es un carbohidrato, una condensación de polímero de glucosa que se extrae en forma granular a partir de los órganos de ciertas plantas. Las unidades de glucosa en el polímero de almidón están presentes como unidades de glucosa anhidra (UGA).

La propiedad práctica más importante del almidón es su habilidad para producir una pasta viscosa al calentarse en agua. Las características de los almidones varían según la fuente de la que provienen. Las propiedades hidrocoloidales del almidón favorecen su uso para una gran variedad de aplicaciones, siendo ampliamente utilizados en los siguientes rubros industriales: alimenticio, farmacéutico y de aplicaciones técnicas.

El proceso de gelatinización

Los almidones nativos son insolubles en agua por debajo de su temperatura de gelatinización. Cuando los gránulos de almidón son calentados progresivamente en agua a temperaturas más altas, se alcanza un punto donde comienzan a hincharse irreversiblemente. La habilidad de los gránulos de almidón para hincharse y subsecuentemente romperse, es de gran importancia tecnológica.

Las curvas de viscosidad Brabender son características y diferentes para cada tipo de almidón. (Ver Gráfico 1). Inicialmente, no se perciben efectos de viscosidad y la suspensión del almidón se calienta, hasta que se alcanza la temperatura de la pasta (“pasting temperature”). Un hinchamiento apreciable de los gránulos tiene que ocurrir, antes que la viscosidad sea suficientemente alta para ser percibida y grabada por el viscosímetro Brabender.

A medida que la temperatura de la muestra de almidón sube, los gránulos se hinchan compactándose entre ellos y subiendo la viscosidad de la pasta. Este proceso continúa hasta alcanzar el pico de viscosidad, representado por la mayor viscosidad que puede encontrarse durante la preparación de la pasta de un almidón; es una medida del poder de espesamiento de este compuesto. (Ver Tabla 1).

Almidones en la industria cárnica

El uso de almidones para la fabricación de productos cárnicos se ha extendido en América Latina debido a la preferencia por alimentos más tiernos y suculentos; siendo éste el segmento de aplicación de mayor consumo de almidón.

Los propósitos de la utilización del almidón como agente ligante en esta clase de productos alimenticios son:

· Ligante y absorbente de altas cantidades de agua –humedad- (liberada por la desnaturalización de las proteínas durante el proceso de calentado).

· Mejorar la textura (firmeza, cohesión y jugosidad).

· Agente de relleno y reducción de costo en la elaboración de productos cárnicos cocidos.

· Disminuir las mermas por cocción.

· Sustituir la grasa por el almidón.

· Bajo costo.

Principalmente, el almidón debe lograr ligar la grasa y mantener su dispersión en la mezcla; lo cual se consigue manteniendo la viscosidad del total de la mezcla cárnica sin desprender ningún sabor u olor desagradable.

La temperatura, un elemento esencial

En la selección de espesantes basados en almidón es necesario tener en cuenta la temperatura a la que se realizará la cocción del producto. Las proteínas cárnicas gelifican alrededor de los 57ºC (desnaturalización de las proteínas), y durante ese tiempo tienden a encogerse en tamaño y exhudar humedad; en consecuencia, el almidón comienza a absorber agua a esta temperatura. Dentro de los almidones más usados, la papa y la mandioca abarcan esta necesidad.

Durante la cocción, el agua debe estar firmemente adherida al producto mientras alcanza la temperatura máxima de 70-75ºC. El almidón de papa se destaca en este aspecto, por lo que es considerado como el tipo de almidón óptimo para carnes procesadas. Normalmente se utilizan féculas de papa nativa o de mandioca, ya que los almidones de trigo y maíz no son aptos para estos procesos cárnicos, pues no cuecen a las temperaturas de trabajo (72-80ºC).

Todos los almidones nativos presentan el fenómeno de retrogradación, esto quiere decir que, transcurrido un cierto período de tiempo (3-5 días, dependiendo del almidón), el agua retenida comienza a liberarse (sinéresis) con el consiguiente aumento del Aw (agua libre).

Muchos productores cárnicos manifiestan no tener problemas, en sus productos terminados, esto obedece a la gran proporción de otros ingredientes que agregan en sus formulaciones (fosfatos, proteínas, hidrocoloides, etc.), los cuales absorben parcial o totalmente el agua liberada.

Almidones Modificados: el control de sinéresis

Para corregir estos problemas, en los últimos años se desarrollaron diversos almidones modificados que, además de no presentar retrogradación, tienen propiedades funcionales muy importantes, permitiendo disminuir costos y corrigiendo totalmente las recetas habituales. Para estas aplicaciones en el mercado se encuentra disponible una amplia gama de almidones modificados (reticulados y acetilados), utilizándose de manera progresiva los éteres de almidón hidroxipropilados.

Estos son almidones de última tecnología, ideales para su aplicación en productos cárnicos, por presentar la mayor estabilidad que existe actualmente ante la sinéresis. Asimismo, se puede sustituir parcialmente el contenido graso en pastas finas e inyectados con almidones modificados de alta funcionalidad (1). La fécula de papa nativa o sus modificados pueden utilizarse sin inconvenientes en consumidores celíacos, ya que no existe presencia de Gluten.

Aplicación práctica en salchichas

En las salchichas tipo frankfurt estilo Holandés, de bajo contenido graso, los almidones son utilizados para absorber la humedad liberada por las proteínas de la carne durante la cocción. Los almidones deben también absorber y mantener el agua que es añadida durante el proceso.

· Material a evaluar:

Un almidón modificado de papa (2) junto a una muestra control, de idéntica formulación, pero conteniendo almidón de trigo. Las muestras contenían 8% de grasa y 32% de agua añadida, preparada de acuerdo a fórmula y procedimientos indicados (Ver Tabla 2).

· En las muestras se analizaron:

Humedad, proteínas y grasas, mermas ocasionadas por la cocción, color y textura. La acumulación de pérdidas y la textura se evaluaron inmediatamente después de la producción y después de 30 días de almacenaje en una vitrina de exhibición continuamente iluminada. Se congelaron las muestras a –29ºC y se evaluaron, después de 4 meses de almacenaje, las pérdidas por descongelación y las características de textura.

· Procedimiento de fabricación:

Se picaron y mezclaron las carnes magras y grasas. Se muestreó la humedad y la grasa de las carnes, se envasaron al vacío en bolsas y se almacenaron a –20ºC. Se estimó una pérdida por cocción del 6%.

Las carnes fueron descongeladas durante 36 horas a 2ºC; se mezclaron durante 2’ con sal, nitrito, tripolifosfato, dos tercios de agua y almidón. En los últimos 30” se añadió el eritorbato de sodio. El agua remanente, azúcar y los condimentos se añadieron y mezclaron durante 1’. Las pre-mezclas se picaron a 5’ en la cutter a 1500 rpm.

La pasta se embute en máquina al vacío (para eliminar las burbujas de aire) en tripas de 25 cm de longitud y se cuecen a una temperatura interna de 70ºC en un ahumadero. Tras su cocción, los embutidos se enfrían a una temperatura de 2ºC durante 2 horas.

Resultados

No se encontraron diferencias significativas entre las muestras analizadas. (Ver Tabla 3). El Gráfico 2 muestra los resultados de mermas por sinéresis, cocción, congelación/descongelación. Las adiciones de almidón modificado (3) reducen significativamente las purgas, cocinado y pérdidas por descongelación por encima de la muestra control.

La Tabla 4 resume los resultados de los análisis de textura del producto terminado.

La Tabla 5 resume los resultados de los análisis de textura realizados sobre las muestras después del almacenamiento refrigerado.

Conclusiones

En función de los resultados arrojados por los análisis de textura practicados en el producto terminado, no se detectaron diferencias significativas entre las muestras respecto a dureza y energía total. En cuanto a elasticidad, el control fue significativamente más alto que el almidón modificado (3).

Respecto a los resultados arrojados por los análisis de textura realizados sobre las muestras, luego de su almacenamiento refrigerado, se observa que el control fue significativamente más bajo que el almidón modificado en cuanto a firmeza. Todas las muestras fueron significativamente diferentes en cuanto a la cohesión y elasticidad.

En resumen, se advierte que la adición del almidón modificado (3) a las salchichas tipo frankfurt, de bajo contenido graso, aportó las siguientes ventajas:

· Reducción de mermas por sinéresis, cocción y congelación.

· Reducción de la elasticidad.

· Mejora total de la textura.

En consecuencia, se puede concluir de los resultados arriba citados, que los almidones modificados de papa son una excelente elección para carnes emulsionadas de bajo contenido en grasa.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Cambios de Coloración en los Productos Cárnicos



Resumen


El color es el factor que más afecta la apariencia de la carne y de los productos cárnicos durante su almacenamiento y el que más influye en la preferencia de los consumidores. La nitrosomioglabina, el pigmento de la carne curada, aunque estable al calor, es muy lábil a la oxidación. La mayoría de los cambios de coloración de los productos cárnicos se deben al enverdecimiento; que consiste en la aparición de zonas pardo-verdosas en la superficie y de anillos verdes en los embutidos fermentados. En este trabajo se presentan los aspectos químicos, microbiológicos y de empaque relacionados con los cambios de coloración de los productos, así como los principales factores que los producen, la luz, el oxígeno, la temperatura, la presencia de microorganismos y las condiciones de procesamiento y de empaque. Se hacen algunas recomendaciones para retardar o evitar estos defectos.


Descriptores: Productos de la carne; conservación de almacenamiento; pigmentación; embalaje de alimentos.


El color es el factor que más afecta el aspecto de la carne y los productos cárnicos durante su almacenamiento y el que más influye en la preferencia del cliente, por lo que la alteración del color bien puede ser la causa más importante que define la durabilidad de los productos preempacados (1).


En presencia del aire, el color natural de la carne fresca es roja brillante porque en la superficie predomina la oximioglobina, forma reducida de la mioglobina en presencia de oxígeno.


En relación con los productos cárnicos, la retención del color constituye un problema muy diferente al de la carne fresca. La formación del color de la carne curada no depende del oxígeno, puesto que el color se forma por la acción del óxido nítrico. La disociación del nitroso pigmento no se incrementa a bajas tensiones de oxígeno y la velocidad de oxidación del pigmento se incrementa progresivamente con el incremento del oxígeno. Por lo tanto, la retensión prolongada del color de la carne curada depende de la ausencia de oxígeno.


Como las carnes curadas poseen un medio que ocasiona muchas reacciones químicas y bioquímicas, los productos cárnicos son más sensibles a los cambios de color por las condiciones de almacenamiento que la carne fresca.


El objetivo de esta reseña es exponer los cambios de coloración que ocurren en los productos cárnicos durante su almacenamiento.


Alteraciones del color de los productos cárnicos


Para la formación del pigmento de la carne curada se emplea el nitrito de sodio (altamente reactivo en medio ácido) en presencia de otras sustancias reductoras. Cuando el nitrito se adiciona a las carnes se transforma en óxido nítrico después de varias reacciones intermedias y reacciona con la mioglobina (de los glóbulos rojos de la sangre residual) para formar los nitrosopigmentos que le imparten el color rosado estable de las carnes curadas (2).


En la formación de este pigmento están involucrados 2 procesos: la reducción bioquímica del nitrito a óxido nítrico y del hierro del grupo hemo al estado ferroso, formándose la óxido nítrico mioglobina o nitrosomioglobina, y posteriormente la desnaturalización de la porción proteínica de la molécula, cuando los productos se someten a un tratamiento térmico de 50 a 60ºC o superiores convirtiéndose en el hemocromógeno de la globina desnaturalizada de color rosado (fig.) (3,4).


El nitrosopigmento aunque es estable al calor, es muy lábil a la oxidación. A consecuencia de esto, la pérdida gradual del color de la carne curada puede estar afectada por la exposición a la luz, la temperatura, las condiciones de empacado, el crecimiento bacteriano, el secado superficial, etcétera.


Aspectos químicos

La superficie de corte o exterior de los jamones y embutidos a veces adquiere un color pardo debido a la transformación del pigmento en metamioglobina y a la concentración los pigmentos como consecuencia de la deshidratación. Este defecto ocurre frecuentemente por las condiciones de almacenamiento, cuando los productos se almacenan a baja humedad relativa y a una temperatura de almacenamiento más alta de la que se requiere (5). Esta alteración se retarda envolviéndose el producto en una película impermeable al agua y al oxígeno.


Muchas de las decoloraciones de los productos cárnicos se refieren comúnmente a un enverdecimiento que usualmente consiste en la aprición de zonas carmelita-verdosa en la superficie, y de centros verdes en el interior de los productos fermentados (3).


El enverdecimiento por curado excesivo, conocido como “quemadura del nitro” se presenta fácilmente en los productos cárnicos curados de naturaleza ácida, como los embutidos fermentados. Simultáneamente al enverdecimiento superficial causado por la quemadura del nitro, puede formarse un núcleo de color verdoso en estos embutidos que se pone de manifiesto en el momento de cortar el producto. Esto puede presentarse durante el proceso de fermentación por una excesiva reducción bacteriana del nitrito, el cual es altamente reactivo en medio ácido y oxida la mioglobina a metamioglobina, por lo que contenido de nitritos normalmente en jamones y embutidos, pueden producir quemaduras en los embutidos maduros. También en el tocino un exceso de nitrito produce una coloración verdosa similar en la corteza y la grasa, y parda en el tejido muscular (6).


En presencia de altas concentraciones de nitrito, el grupo hemo del pigmento puede continuar reaccionando y producir compuestos porfirínicos nitrificados de color verdoso. Esta reacción se acelera a bajos valores de pH y el compuesto formado no puede convertirse de nuevo en el pigmento rosado de la carne curada. Con una exposición continuada al nitrito, estos compuestos intermedios de color verde pueden degradarse completamente a porifinas oxidadas de color pardo, amarillo o decoloradas (fig.) (3,4).


Las reacciones químicas involucradas en las decoloraciones de los productos cárnicos por el exceso de nitrito, posiblemente siguen esta secuencia: primero se disocia el nitrosopigmento, una reacción que puede ser acelerada por la luz y, segundo, el pigmento reducido libre es entonces oxidado por el exceso de nitrito para formar metamioglobina, que es el pigmento que se encuentra en las superficies decoloradas (7).


Otro problema que puede producir la decoloración de los productos cárnicos, es que la cantidad de nitrito empleada en la sal de cura o en la salmuera sea insuficiente. Este defecto se presenta con frecuencia sobre la superficie de corte de los jamones y embutidos; en el interior el color es rosa pálido y tiende a decolorarse rápidamente cuando se lasquea por la exposición al oxígeno y la formación de metamioglobina.


La decoloración de la superficie de la carne curada cuando se expone a la luz constituye uno de los problemas más graves de la retención del color de los productos cárnicos porque cataliza la oxidación de los pigmentos y puede acelerar la decoloración. La luz y el oxígeno interactúa y causan decoloración en la superficie de los productos (7). Sin embargo, está claro que una protección completa a la luz no es compatible con el mercado de estos productos.


Satterlee y Hansmeyer (8) verificaron que tanto la luz fluorescente como la incandescente aceleran la oxidación de la mioglobina, aunque la luz blanca tiene un efecto mayor.


La carne curada es mucho más susceptible a la decoloración por la luz que la carne fresca, porque acelera la disociación del óxido nítrico del nitrosopigmento. Mientras que la luz no decolora significativamente la carne fresca en un período de 3 días, puede causar una decoloración gradual de los productos cárnicos en 1hora en presencia de oxígeno (8).


La pérdida gradual de color de los productos en presencia de la luz es una reacción en 2 pasos. La disociación acelerada por la luz del óxido nítrico del grupo hemo y la oxidación del óxido nítrico por el oxígeno. Si el oxígeno es excluido por el uso de un material de empaque impermeable al oxígeno, el segundo paso no ocurre y el color es estable (3). Para evitar la pérdida del color, también se utiliza ascorbato en las sales de curado o se aplica sobre la superficie del producto expuesto a la luz para la regeneración del óxido nítrico y además, se emplean temperaturas de refrigeración bajas, sobre todo, cuando se exponen los productos en vitrinas refrigeradas o intensamente iluminadas (3,6). El envasado al vacío en bolsas herméticamente cerradas y combinando con los procedimientos citados, es un método eficaz para evitar la decoloración de los productos cárnicos rebanados.


Fig. Ciclo de color en las carnes curadas (4).



Los ascorbatos, además de ser particularmente útiles en la formación del color de los productos curados donde el nivel de nitrito es bajo, también tiene un efecto positivo en su estabilidad una vez formado. Su acción protectora puede deberse a que están involucrados diversos factores. Actúan como agentes reductores del pigmento oxidado (metamioglobina) como del ion nitrito, además, pueden actuar sinérgicamente con los tocoferoles que se producen naturalmente en la carne restringiendo la formación de peróxidos (2).


También la susceptibilidad del pigmento de la carne a la irradiación por la luz fluorescente, depende del pH: la nitrosomioglobina una vez formada es más estable a pH 6.8 (9). La formación de nitrosopigmento se favorece a valores de pH 6 o menores, ya que el ácido nitroso no disociado aumenta y existe suficiente óxido nítrico para reaccionar con la mioglobina (10).


La decoloración de los embutidos también pueden producirse por el contacto con sustancias químicas oxidantes como soluciones diluidas de peróxido de hidrógeno y el hipoclorito, que se emplean como desinfectante.


Aspectos microbiológicos


Otro factor que puede causar decoloración de los productos cárnicos curados son las bacterias. Las bacterias capaces de producir un enverdecimiento de la superficie de los productos cárnicos son bacterias acidolácticas halotolerantes, catalasa negativas, capaces de crecer a bajas temperaturas y de producir y acumular peróxido de hidrógeno en condiciones aeróbicas, fuerte agente oxidante que degrada los pigmento de la carne. Las enzimas catalasas fraccionan la molécula de peróxido en agua y oxígeno (11).


Niven y otros (12) descubrieron que algunas especies de Lactobacillus y Leuconostoc provocan el enverdecimiento en salchichas. Nivens y Evans (139 demostraron que el Lactobacillus virdiscens que es heterofermentativo, causaba el enverdecimeinto de los productos cárnicos. La decoloración del tocino se considera que es causada por especies del género Leuconostoc y cocos catalasa positivos en forma de tetradas similares a los Pediococcus (14).


El enverdecimiento bacteriano superficial de los productos cárnicos se produce cuando éstos están contaminados y se mantienen en un hambiente donde la humedad relativa y la temperatura son elevadas. Estas condiciones de almacenamiento producen el crecimiento masivo de microorganismos que dan lugar al cambio de coloración, acompañada por la presencia del limo superficial que se favorece a la temperatura de refrigeración normalmente utilizadas en la industria (7ºC). Este problema es consecuencia directa de las malas prácticas higiénicas y de las incorrectas condiciones de almacenamiento de los productos terminados. Se manifiesta al menos a los 5días de procesados y a veces después de 2 semanas.


Por otra parte, los anillos verdes que se forman en los embutidos son causados por la elevada contaminación bacteriana de la emulsión cárnica antes de someterse al tratamiento térmico.


Ellos usualmente se desarrollan de 24 a 48 horas después de terminados los embutidos y se ponen de manifiesto en el momento de cortarlos (2 a 4 mm de la superficie), y en unas cuantas horas toda la superficie de corte palidece y se decolora por la presencia del oxígeno (15).


También de origen bacteriano son los núcleos verdes que se presentan con gran frecuencia en embutidos gruesos. Estos no se ponen en evidencia al momento de cortar el embutido, sino que se hacen visibles después de una o varias horas de quedar la superficie de corte expuesta al aire, ya que las bacterias responsables de esta alteración son facultativas con respecto a las necesidades de oxígeno. En los casos extremos la coloración verde puede afectar toda la masa del embutido y hasta puede observarse en la superficie. En los productos cárnicos envasados al vacío, la contaminación bacteriana local se esparce a la superficie por los jugos exudados de la carne (14).


Si además de las buenas prácticas higiénicas, se controla que los embutidos alcancen una temperatura interna de 71ºC en el proceso de cocción, se evitará la aparición de este defecto de los embutidos, ya que algunas de las cepas del microorganismo que se considera responsable, el Lactobacillus viridescens, son resistentes a temperaturas hasta de 67ºC. Es decir, que para que aparezcan estas alteraciones en los productos cárnicos tiene que ocurrir que la emulsión cárnica esté muy contaminada por estas bacterias, el proceso térmico sea insuficiente y la temperatura de almacenamiento permita el crecimiento de las bacterias sobrevivientes.


Este problema también puede presentarse en jamones enlatados que si bien presentan una apariencia normal, cuando se cortan y envasan se decoloran y rápidamente se enverdecen. Se plantea que el microorganismo responsable de esta alteración es el Streptococcus faecium especie del género Enterococcus, relativamente termorresistente y capaz de crecer también a temperaturas de refrigeración (6). Marin y otros (16) indicaron que jamones de curado rápido que presentaban enverdecimiento tenían altos conteos de bacterias acidolácticas y de enterococos.


En 1980, Egan y otros (17) encontraron que el deterioro de la carne tipo Luncheon (luncheon meat) empaca al vacío, se debía fundamentalmente a la presencia de Microbacterium thermophactum porque a pesar de estar en menor cantidad que los lactobacilos, producía un deterioro más rápido de los productos. Sin embargo, Bell y Lay (18) identificaron como las principales bacterias causantes de la decoloración de este tipo de producto cárnico al Bacillus lincheniforme y al Streptococcus faecium. También Whiteley y D’Souza (19) identificaron al Streptococcus faecium como principal causante de la decoloración amarillenta que aparece en estos productos empacados al vacío, a las 3-4 semanas de estar almacenados en refrigeración; según los autores este microorganismo es extremadamente resistente al calor y puede sobrevivir a los 71.1ºC durante 20 min.


Un método para preservar a los productos cárnicos de la decoloración fue patentado por Bowling y Clayton (20), el cual consiste en inocular las carnes con una bacteria que inhiba competitivamente el crecimiento de bacterias patógenas y causantes de deterioro. El Lactobacillus delbrueckii o el Hafnia alvei son las bacterias preferiblemente usadas para inocular los productos cárnicos con este fin. Los autores plantean que la superficie de los productos cárnicos así preservados pueden estar hasta 150 días sin decolorarse.


Por otra parte, la producción de peróxido que descompone los pigmentos no necesariamente es de origen microbiano, sino que también puede ser originado por la autoxidación de los tejidos. Farkas y otros (Farkas J, Andrassy E, Incze K. Investigation into de factors influencing the oxidative changes in pigment of coged cured meta products. Proc. Eur. Meeting Meat Res. Workers 1979; No. 25, 8:1:709) plantean que si en la elaboración de productos cárnicos se emplean tejidos grasos y carnes que han permanecido congelados durante mucho tiempo y que por lo tanto, pueden estar enranciados con alto contenido de peróxido, pueden causar su decoloración durante un almacenamiento prolongado. Este defecto se favorece si el tratamiento térmico es insuficiente y las temperaturas durante el transporte y almacenamiento son relativamente altas. Los autores recomiendan el empleo de ácido ascórbico y de cistina para evitar esa alteración.



sábado, 1 de mayo de 2010

Etiquetas inteligentes y mayor calidad cárnica.

Un nuevo etiquetado podría ayudar a conocer con detalle la calidad de los productos derivados del pollo y de embutidos frescos como las longanizas.


Las etiquetas alimentarias constituyen el principal medio de comunicación entre los productores de alimentos y los consumidores finales. En ellas se deben detallar parámetros como el peso, la fecha de envasado, el análisis nutricional, la fecha de caducidad o las indicaciones de uso, entre otros aspectos. A pesar de que las normas que las regulan dependen del país, existen organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) que engloban buenas prácticas que sirven de referencia común a los diferentes países de todo el mundo. En este campo, un grupo de investigadores españoles avanza en el desarrollo de una "etiqueta inteligente" que permita detectar el grado de frescura de los alimentos.

Por norma general, el etiquetado debe ser claro y conciso y nunca debe inducir a error al consumidor. Deben estar claramente especificados parámetros como las características nutricionales, composición, naturaleza del producto, cualidades, cantidad, origen o modo de fabricación. Las normas no se aplican por igual a todos los productos, algunos como el vino o los alimentos trasgénicos tienen normativas específicas y otros como los productos frescos cada vez exigen más información.

De acuerdo con esta demanda, un equipo de científicos del Instituto de Investigación de Química Molecular Aplicada (IQMA) de la Universidad Politécnica de Valencia, en colaboración con investigadores del Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE), ha liderado un proyecto de investigación nacional cuyo objetivo es desarrollar una "etiqueta inteligente" que permita conocer el grado de frescura de los alimentos, principalmente los cárnicos envasados.

Indicadores de color

Una marca de color permitirá conocer el grado de frescor de productos cárnicos

Lo que se pretende con este nuevo etiquetado es contribuir a tener un mayor control sobre la calidad microbiológica y organoléptica de los productos cárnicos. Concretamente, ayudar a conocer con detalle la calidad de los productos derivados del pollo y de embutidos frescos como las longanizas. Mediante un indicador colorimétrico, el consumidor podrá conocer al instante el grado de deterioro del producto. Los indicadores colorimétricos en los que trabajan los expertos de la UPV y de ITENE estarán impresos en el propio material del envase o sobre sustratos que irán adheridos posteriormente al envase, una de las principales novedades del proyecto.

Desde IQMA apuntan que, "si bien es verdad que actualmente existen dispositivos indicadores de frescura, estos suelen presentarse en forma de pegatina y, por tanto, pueden desprenderse del envase a lo largo de todo el ciclo de distribución ya que no se encuentran protegidos, y les afectan la humedad, la temperatura, la suciedad o los roces". El nuevo envase inteligente que se está desarrollando podrá evitar este tipo de problemas.

Los investigadores indican que con el proyecto, que tiene una duración de dos años y finalizará a finales de este 2009, se pretende desarrollar un "indicador de frescura que pueda llegar a ser fácilmente imprimible en el envase y, de esta manera, consiga tener una aplicación global de bajo coste para la industria alimentaria".

¿Cómo funcionará?

El consumidor podrá comprobar el estado del alimento visualizando la parte más externa del etiquetado, en la que habrá un indicador que mostrará si el producto está contaminado o no. Detectará elevadas proporciones de patógenos gracias a la reacción del indicador con diferentes metabolitos volátiles como amoniaco, aminas biogénicas, ácido sulfhídrico o ácidos de cadena corta. De esta manera, se podrá alertar a los consumidores y a la industria alimentaria sobre el estado del producto, asegurando una adecuada conservación del alimento. Además, se pretende aumentar la calidad y garantizar una óptima conservación, distribución y almacenamiento. También, a través de esa variación visual, se podrá certificar el estado sanitario del alimento asegurando su calidad durante toda su distribución, siendo el propio envase el que, en caso de contaminación o degradación del producto, informe sobre el peligro que conlleva su consumo.

Por otra parte, los investigadores afirman que el desarrollo de estos elementos que facilitan la detección de un alimento en mejor o peor estado, es decir, que controlen la calidad o las características organolépticas de los alimentos, es una nueva herramienta que aún se encuentra en fase de estudio y desarrollo para su obligado uso. Hoy en día existen en el mercado algunos ejemplos, como FreshTag o SensorQ, pero aún resulta necesario un estudio más exhaustivo de las formas de control y de la integración de estos dispositivos en los envases. La finalidad es mejorar su sensibilidad para poder aumentar la fiabilidad de respuesta.

Los investigadores de la UPV aseguran que se trata "sin duda, de un paso más en este campo de los envases inteligentes, considerados ya como los envases del futuro".

Ventajas

El mayor problema que representan los productos derivados del pollo, las longanizas o los productos cárnicos, en general, es su deteriorado aspecto al cabo de algunos días. Este fenómeno se debe a los compuestos generados por la desnaturalización de las proteínas y significa que el producto se encuentra en un nivel de deterioro muy avanzado. De esta manera, resulta muy interesante poder disponer de una herramienta que informe al consumidor de la presencia de estos compuestos en etapas anteriores lo cual indicará su nivel de frescura. Así, se podrá conocer el estado microbiológico y la calidad del producto que va a consumir.

LO QUE DEBEN DECIR LAS ETIQUETAS

Como norma general, el etiquetado debe aportar la información necesaria para el consumidor referente a:

  • Lista de ingredientes
  • Cantidad de ingredientes
  • El grado alcohólico
  • Cantidad neta
  • Fecha de caducidad
  • Condiciones de conservación y utilización
  • Identificación de la empresa
  • Lote
  • Lugar de origen o procedencia

En cuanto a los productos sin envasar, o los que se envasan a petición del consumidor, deberán estar rotulados en etiquetas o carteles y colocados sobre el producto o próximos a él e incorporar los siguientes datos:

  • Denominación del producto
  • El estado físico o tratamiento al que haya sido sometido, su categoría, calidad, variedad y origen
  • En la carne debe especificarse la clase o tipo de canal de procedencia y la denominación comercial de la pieza de que se trate (morro, lomo)
  • En los pescados, debe constar la forma de presentación comercial
  • Fecha de caducidad o fecha de duración mínima
  • Condiciones especiales de conservación
  • Cantidad neta
    http://enlasrutasdelaalimentacion.bligoo.com/content/view/452659/Etiquetas-inteligentes-y-mayor-calidad-carnica.html Miguel Palma Orostica el 20/02/2009 a las 10:32 PM